¿Qué es un análisis de riesgos?
Un análisis de riesgos es un proceso sistemático que ayuda a las organizaciones a identificar y evaluar las amenazas y vulnerabilidades que podrían comprometer la seguridad de su información. Este análisis permite a las organizaciones entender mejor los riesgos a los que están expuestas y tomar decisiones informadas sobre cómo gestionarlos.
¿Para qué sirve un análisis de riesgos?
Un análisis de riesgo nos será útil a nuestra organización porque podremos realizar las siguientes acciones:
- Identificación de Problemas Potenciales: nos permite detectar posibles amenazas y vulnerabilidades antes de que causen problemas graves. (Por ejemplo: Disminuir el riesgo de que se produzcan pérdidas, robos o corrupción en la manipulación de la información.)
- Toma de Decisiones Informadas: nos ayudará en la toma de decisiones pudiendo estar basadas en datos sobre cómo proteger mejor nuestra información. (Por ejemplo: Definir medidas de seguridad para que los clientes, colaboradores y proveedores puedan acceder a la información de manera segura y controlada.)
- Prevención de Incidentes: Al conocer los riesgos, se pueden implementar medidas preventivas para evitar incidentes de seguridad. (Por ejemplo: Restablecer la continuidad de la operación o la prestación del servicio en el menor tiempo posible en caso de presentarse incidentes de seguridad o ciberataques como phishing, ransomware, entre otros. De esta forma, la organización minimiza las posibles pérdidas.)
- Protección de la reputación: podremos disminuir el riesgo de sufrir brechas de seguridad que podrían comprometer nuestra reputación. (
Por ejemplo: Mejorar la toma de conciencia por parte del personal, incluyendo formación y la importancia de manejar y cuidar correctamente la información que tienen a su disposición; siendo además una ventaja competitiva.
¿Cuáles son las fases de un análisis de riesgos?
Las fases o etapas que componen un análisis de riesgos dependen de la metodología escogida. En el caso que nos ocupa, hemos seleccionado un conjunto de fases que son comunes en la mayor parte de las metodologías para el análisis de riesgos.
- Definir el alcance. Se trata de establecer el alcance del estudio (áreas, departamentos, procesos, etc.) [Por ejemplo: Los servicios y sistemas del Departamento de Contabilidad.]
- Identificar los activos. Es decir, identificar todo aquello que tiene algún valor para la entidad y, por consiguiente, debe protegerse. [Por ejemplo: Servidor de Administración.]
- Identificar las amenazas. Debe estudiarse a qué amenazas se enfrentan los activos identificados. Las posibles amenazas son inmensas, por lo que es necesario adoptar un enfoque práctico. [Por ejemplo: Considerando las averías del servidor, es conveniente tener en cuenta la posibilidad de daños por agua o fuego en lugar del riesgo por el impacto de un meteorito.]
- Identificar vulnerabilidades y salvaguardas. Una vez identificados los activos, y las amenazas a las que se exponen, es necesario determinar cuáles son sus puntos débiles y las medidas de seguridad implantadas. [Por ejemplo: El punto débil de algunos equipos es que ya no existe soporte ni mantenimiento por parte del fabricante.]
- Evaluar el riesgo. En esta fase ya contamos con los siguientes elementos: inventario de activos, amenazas, vulnerabilidades y medidas de seguridad. Teniendo esto en cuenta, se estimará la probabilidad de que se produzca la amenaza y el impacto sobre el negocio que esto supondría. [Por ejemplo: La caída del servidor principal podría tener un impacto alto para el negocio. Sin embargo, si existe una solución de alta disponibilidad (Ej. Servidores redundados), podemos considerar que el impacto será medio ya que estas medidas de seguridad harán que los procesos de negocio no se vean gravemente afectados por la caída del servidor.]
- Tratar el riesgo. Consiste en, una vez calculado el riesgo, debemos tratar aquellos riesgos que superen un límite que se ha establecido por la entidad. Principalmente existen 4 estrategias para tratar el riesgo:
- Transferir el riesgo a un tercero. Por ejemplo, contratando un seguro que cubra los daños a terceros ocasionados por fugas de información.
- Eliminar el riesgo. Por ejemplo, eliminando un proceso o sistema que está sujeto a un riesgo elevado. En el caso práctico que hemos expuesto, podríamos eliminar la wifi de cortesía para dar servicio a los clientes si no es estrictamente necesario.
- Asumir el riesgo, siempre justificadamente. Por ejemplo, el coste de instalar un grupo electrógeno puede ser demasiado alto y por tanto, la organización puede optar por asumir.
- Implantar medidas para mitigarlo. Por ejemplo, contratando un acceso a internet de respaldo para poder acceder a los servicios en la nube en caso de que la línea principal haya caído.
¿Por qué tengo que hacer un análisis de riesgos?
Un análisis de riesgos puede ser necesario en diferentes contextos; pudiendo adoptar distintos procesos y metodologías. Cabe destacar las siguientes normas/códigos de referencia en las que podrá aparecer la necesidad de un análisis de riesgos.:
El RGPD prevé que las medidas de cumplimiento para responsables o encargados deban aplicarse en función del riesgo que los tratamientos que realizan supongan para los derechos y libertades de los interesados. Por ello, responsable y encargados deben llevar a cabo una valoración del riesgo de sus tratamientos realicen, con el fin de determinar qué medidas aplicar y cómo hacerlo
Se basa en proteger y preservar la confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de la información crítica, valiosa y sensible que manejan las organizaciones, tanto al interior como fuera de estas, disminuyendo así los posibles impactos generados por el mal uso o el resguardo de esta.
El Marco Operacional del ENS está constituido por las medidas a tomar para proteger la operación del sistema como conjunto integral de componentes para un fin. Es por ello por lo que se determinan una serie de categorías en función del nivel de conformidad con el ENS.
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